Entre el fervor y los excesos
Entre el fervor y los excesos

Entre el fervor y los excesos, entre lo religioso y pagano, es como se desarrolla la Semana Santa en Huancavelica. Una manifestación multitudinaria que este año se realiza del 10 al 16 de abril.

Cada año cientos de personas se desplazan por parques y calles con la pesada estatua del Cristo sobre sus espaldas, algunos de los cuales alcanzan a medir hasta 2 metros de altura y más de cien kilos de peso. Por si fuera poca penitencia, muchos llegan a azotarse en busca de expiar sus pecados.

Todo se inicia en Domingo de Ramos. Hay procesiones nocturnas, escenificaciones, visitas a iglesias y templos, misas de madrugada, rezos. Paralelamente los barrios organizan concursos de alfombras, campeonatos deportivos, carreras de caballos o morochucos.

Celebración pagana. Pero en algún momento de la semana esa devoción se torna más terrenal, menos católica y algunos, jóvenes sobre todo, se entregan a celebraciones nada santas, pues pese al carácter religioso de esta tradición se suele consumir licor.

El Pachavelay (danza de las tijeras) es uno de estos momentos donde el licor en honor al Cristo Crucificado abunda. Esta costumbre muy peculiar, calificada incluso como satánica, está también ligada a la Semana Santa.

El “Kuchuscha” es una especie de competencia o pelea de codazos, donde se suele consumir licor en cantidades inmoderadas. Es similar al “Takanakuy” del Cusco.

Otra etapa de la tradicional fiesta es la bajada de la cruz del Señor de Oropesa en el que también suelen beber para “agarrar valor”, pues deben bajar en hombros la pesada cruz desde el enorme cerro.

Muchas personas han sufrido accidentes durante el descenso de la cruz. Algunos, con licor en las venas, tratan de mostrar su fe ayudando a cargarla.

Un caso aparte son las discotecas, aunque Huancavelica parezca muy devota y católica, las discotecas y bares se llenan de parroquianos y el recogimiento o los votos para evitar caer en tentación quedan de lado.

Violencia y excesos. Es en Semana Santa cuando el Serenazgo municipal tiene un duro trabajo. Como las bebidas alcohólicas alteran los ánimos, las peleas y robos están a la orden del día y la noche. El resultado: decenas de personas intoxicadas y golpeadas en peleas callejeras.

El 2016 se calcula que alrededor de 200 incidentes tuvo que verificar el Serenazgo, es decir, peleas, robos, personas con principios de hipotermia, violencia familiar y conductores en estado de ebriedad. Además, las calles quedaron sucias.

Pero esto es solo un pequeño inconveniente con el que las autoridades tienen que lidiar año a año. A cambio, la economía local se dinamiza, pues numerosos comerciantes arriban de diferentes partes del país, principalmente de zonas limítrofes como Huancayo e Ica, para vender sus productos, aprovechando la gran presencia de turistas. Miles de visitantes arriban en estas fechas, el 2016 se calcula que llegaron 8 mil turistas. Este año esperan un número igual.

Pero esto es solo un pequeño inconveniente con el que las autoridades tienen que lidiar año a año. A cambio, la economía local se dinamiza, pues numerosos comerciantes arriban de diferentes partes del país, principalmente de zonas limítrofes como Huancayo e Ica, para vender sus productos, aprovechando la gran presencia de turistas. Miles de visitantes arriban en estas fechas, el 2016 se calcula que llegaron 8 mil turistas. Este año esperan un número igual.