¿IGP busca predecir terremotos? Anuncian tremenda meta...
¿IGP busca predecir terremotos? Anuncian tremenda meta...

Cuando ocurre un sismo, en el centro de monitoreo sísmico del Instituto Geofísico del Perú (), ubicado en La Molina, se inicia una intensa jornada laboral. Una alarma, además del propio movimiento del suelo, da aviso a ingenieros y sismólogos de que la tierra está moviéndose.

Las computadoras empiezan a registrar, como si se tratara de acelerados latidos de un corazón, las señales de las estaciones de la red sísmica, cercanas a donde tiembla la tierra. A través de fórmulas numéricas, los expertos determinan la hora exacta del evento, así como su epicentro, magnitud y profundidad.

La información es derivada, de inmediato, al Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), encargado de ejecutar acciones en caso de desastre, y a la Dirección de Hidrografía y Navegación, ente que determinará si hay riesgo de tsunami. El reporte, además, se comunica a la población por medio de distintos canales.

Historia. Este trabajo, refiere Hernando Tavera, presidente del IGP, demora en la actualidad un máximo de tres minutos. Sin embargo, cuando ingresó a trabajar a dicha institución como practicante, en 1985, otra era la historia.

El proceso para conseguir los datos de un sismo tardaba entre 15 y 20 minutos por la escasa tecnología. En vez de las 60 estaciones enlazadas vía satélite (40) e internet (20), con las que cuentan, solo tenían equipos que funcionaban por telemetría, es decir, a través de antenas, en Ica, Lima y parte del norte del Perú.

La información no llegaba a computadoras, sino a un sismógrafo compuesto de tambores giratorios muy grandes que llevaban papel ahumado. Este se retiraba después de que la tierra temblaba. “A la hoja grande le colocábamos laca. Luego, analizábamos la información y con un compás enorme dibujábamos en el mapa del Perú circunferencias para determinar el epicentro”, cuenta Tavera.

CAMBIOS. Los cambios tecnológicos, señala Tavera, se han dado en el IGP tras el paso de sismos de intensidad. El primero se dio después del evento que sacudió Nasca en 1996. El Estado compró las primeras estaciones de banda ancha, de última tecnología en esos años. Hizo lo mismo, un quinquenio después, en 2001.

Sin embargo, el crecimiento real de la red sísmica comienza recién en 2007, después del terremoto de Pisco, y se consolida en 2010, luego del devastador temblor de Chile. “Aún nos falta instrumentación que permita entender cómo se desarrollan los sismos”, manifiesta.

Según Tavera, conocer esta información será útil para predecir los sismos. “Nosotros ya hemos llegado a saber dónde van a ocurrir los terremotos, pero aún nos falta determinar cuándo. A eso debemos apuntar porque no es imposible”, afirma.

EL DATO:

3 regiones del país (Lima, Moquegua y Tacna) corren riesgo de sufrir terremotos.

Mañana martes, 11 de julio, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) realizará una feria geofísica, en la que se presentarán a todos los grupos de investigación. “La idea es que los colegios, las universidades y la población conozca nuestro trabajo”, manifestó.

Hernando Tavera, presidente del IGP, escribió tres libros para escolares. Uno de ellos se denomina “El sueño de un terremotito”. “La educación es la base para generar prevención en los peruanos”, comenta.

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