Ella escuchó al doctor increparle a la obstetriz por haber usado ese implemento, dijo el progenitor.
Dolor e impotencia. Juan Tello, padre de la menor que falleció decapatida cuando nacía en una clínica de San Juan de Lurigancho, manifestó que fueron la obstetriz y la enfermera quienes decidieron que su esposa diera a luz en un parto normal y no por cesárea, como le había programado su médico.
Queremos justicia. Mi hija no estaba muerta. Karen me dijo que sintió que nuestra hija se movía y también escuchó cuando el médico le increpó a la obstetriz por haberle colocado la espatula en la vagina, subrayó el progenitor.
Agregó que la familia fue informada de que decapitaron a su hija recién a la una de la madrugada del miércoles, cuando su pareja fue internada a las 6 de la tarde del martes.
Verónica Quispe, la tía de Karen que estuvo a su lado en el momento del parto, contó que el médico le dijo a su sobrina que su bebé estaba muerta, pero que nunca le dijeron que le habían arrancado la cabeza.
No se sabe si decapitaron a la bebé de mi hija, sólo exigimos justicia, no estamos culpando al médico, pero creemos que la enfermera y la obstetriz tienen mucho que decir, dijo Leonor Quispe, madre de Karen Andrea K. Ch, la adolescente que habría sido víctima de negligencia médica en la Clínica Señor de Los Milagros.
Mi hija está mal. Llora constantemente. Necesita tratamiento psicológico. Yo también estoy embarazada y en breve daré a luz, dijo afligida.
Para el director del Instituto Materno Perinatal, Pedro Mascaro Sánchez, fue una irresponsabilidad, pues la joven tenía anemia (nivel 6 de hemoglobina) y preclampsia (presión arterial alta durante el embarazo). Además, la bebé tenía sobrepeso (más de 4 kilos).