En noviembre, la Municipalidad de Lima planea implementar, en fase de prueba, cuatro rutas troncales del corredor San Juan de Lurigancho (SJL) que conectarán a este populoso distrito con la avenida Abancay, anunció David Hernández, representante de Protransporte.
“Al servicio 412, que empezó a operar el pasado martes y va de SJL al Rímac, se sumarán estas líneas. Posteriormente, se hará lo mismo en el tramo de la avenida Brasil”, señaló.
Explicó que los concesionarios de estos servicios operan actualmente en este trayecto con las rutas tradicionales. Por ello, lo que harán durante estos meses es cambiar sus unidades antiguas por nuevas. “Esto implica una etapa de financiamiento, otra de adquisición y, por último, la colocación de estos buses en el corredor”, añadió.
CAMBIO. Al respecto, Manuel Astorga, gerente del consorcio Futuro Express, señaló que en los próximos meses coordinarán con Protransporte un cronograma de implementación de este corredor en los tramos Abancay y Brasil. “La idea es que antes de la preoperación, prevista para febrero, ya circulen más servicios”, expresó.
En ese sentido, precisó que poner a operar estas cuatro rutas implicaría que ingresen 150 nuevos buses en reemplazo de casi el 90% de las rutas tradicionales.
Completo
En su fase operativa, el corredor tendrá 16 rutas troncales y 14 alimentadoras que irán de SJL hacia la Av. Abancay y la Av. Brasil.
GUERRA POR CORREDOR: En un campo de batalla se convirtió ayer la avenida Wiesse, en San Juan de Lurigancho (SJL), debido a la violenta protesta que realizó un centenar de personas, entre transportistas formales e informales, sus familiares, y algunos vecinos de ese distrito y de la provincia de Huarochirí, contra el inicio de operación del nuevo corredor SJL.
La medida de fuerza inició en la madrugada, cuando un grupo de pobladores prendió llantas y colocó piedras para bloquear varios tramos de esta importante vía. En paralelo, decenas de manifestantes se agruparon en la zona conocida como “el portón de Jicamarca”, en el límite de SJL y Huarochirí, a fin de impedir la circulación de los buses.
Descontrol. Aunque estas acciones fueron reprimidas por la Policía, la multitud no detuvo su marcha y avanzó hasta el cruce con la avenida Héroes del Cenepa, donde la situación se salió de control. “Nunca la Municipalidad de Lima se ha preocupado por nosotros y ahora quieren apropiarse de nuestras vías, provocando que nos quedemos sin trabajo”, dijo un transportista.
Para evitar que los manifestantes, quienes a viva voz gritaban frases contra este nuevo servicio y la gestión del alcalde de Lima (Luis Castañeda), sigan su recorrido, los agentes del orden utilizaron bombas lacrimógenas para dispersarlos, pero esto solo provocó enfrentamientos. Hombres y mujeres aprovecharon la presencia del gas blanco para tirarles piedras a los efectivos.
Por realizar estos ataques, 11 personas, entre ellas un requisitoriado por robo agravado, fueron detenidas. Sin embargo, debido a la resistencia que oponían para no ser llevadas a las camionetas policiales, los agentes del Escuadrón Verde y Los Halcones usaron la fuerza. Incluso, en algunos casos entre dos o tres cargaban a los manifestantes y los subían a los vehículos con dureza.
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