Que un policía, como un vil ladrón, chantajee a otro -compañero de promoción encima- a fin de devolverle las cosas que delincuentes robaron de su casa, rompe cualquier tipo de tolerancia y nos lleva a pensar que estamos cerca de la descomposición total en la PNP.
En términos prácticos, es como pedirle cupos o asaltar a un hermano, máxime si siempre se habló de que en la Policía Nacional se cultiva el espíritu de cuerpo. El agente de marras quiere hacerse el loco diciendo que todas las cosas estaban a disposición en la comisaría de SJL.
A este Halcón hay que cortarle las garras.
A este Halcón hay que cortarle las garras.