Cuando la mayoría de peruanos pensaba que con Pedro Pablo Kuczynski, tras la mala gestión de Ollanta Humala, el gobierno estaría en buenas manos, ahora muchos de ellos sufren un desencanto. Dicen que PPK no fue la mejor elección aunque esperan que en el año nuevo que viene, tenga una mejor conducción, y que no se haga una tormenta en un vaso de agua.
Hasta ahora seguimos viviendo en el desgobierno que nos dejaron Humala con su Nadine, la mal llamada pareja presidencial. Siguen la corrupción, la inseguridad, el caos en las regiones, huelgas y violencia por todas partes. El ministro del interior,Carlos Basombrío, es un cero a la izquierda y nadie mueve un dedo para censurarlo por su incapacidad y encima abusivo despidiendo a un trabajador de los bomberos por no invitarlo a una cita con PPK.
Lo que se viene es preocupante. Hay toda una tormenta por la censura del ministro de educación, Jaime Saavedra, y el gobierno se mantiene en vilo con un presidente que dice y se desdice. La estabilidad y la gobernabilidad del país están en juego. Hasta ahora no hay señales que garanticen la seguridad y la inversión. La delincuencia ha ganado terreno con un ministerio del interior que está a la deriva y un gobierno que se siente avasallado por un congreso chúcaro empeñado en demostrar su poder y no tender puentes para evitar el desgobierno.
Es hora que la oposición, liderada por Keiko Fujimori, entienda que su apoyo al gobierno de PPK es clave para la estabilidad. Los dos tienen casi la misma ideología y peleando como perro y gato le están haciendo un flaco favor al país, dando pie a que algún grupo radical de la izquierda se aproveche del gran vacío de poder para llenar el espacio que, por soberbia, viene dejando el fujimorismo.
Este fin de año es el mejor momento para reflexionar de que el año que viene tiene que ser del orden, la seguridad, la inversión y el desarrollo. Para esto PPK tiene que consolidar un gabinete de peso y demostrar que puede llevar al Perú a un destino mejor dejando de lado la ineficiencia, las peleas internas y los malos consejeros que solo buscan sacar provecho de la cercanía del poder.
La mejor prueba la tendrá durante la semana en que se definirá la crisis desatada por la censura al ministro de educación. Saavedra ya está con la soga al cuello y no se puede hacer cuestión de estado por un cuestionado integrante del gabinete. Su reemplazo tendrá que seguir la reforma universitaria porque en educación seguimos desaprobados a nivel mundial. Para educar mejor al pueblo hay que acabar con el desgobierno y la corrupción.