A los peruanos nos queda estar muy atentos para evitar que malos fiscales y jueces amparados en leguleyadas y tinterilladas que más huelen a complicidad, dejen en libertad al pistolero venezolano Rubén Darío Vargas Barrio (a) “Puré”, a quien señalan como uno de los cabecillas en el Perú del “Tren de Aragua”, una banda criminal internacional que acá tiene bajo el terror a los vecinos de San Juan de Lurigancho, un distrito con emprendedores y gente trabajadora que no merece esto. Los policías han tardado dos meses en hacer finos trabajos de inteligencia para ubicar a este sujeto, y es de esperarse que en los próximos 15 o 20 años no lo volvamos a ver en libertad para el bienestar de las víctimas de extorsiones, sicariato y préstamos gota a gota, que es a lo que se habría estado dedicando este indeseable que cayó con armas y droga. Los peruanos no podemos permitir que los malos magistrados nos sigan metiendo cabe en la lucha contra la criminalidad.