Después de los días de fiesta por la llegada del nuevo año, los medios de prensa reportan la gran cantidad de basura y desperdicios dejados en las playas por los miles de ciudadanos que fueron a festejar a orillas del mar. Esto no es más que una inmensa muestra de falta de civismo y educación por parte de estos cochinos a los que nada les cuesta meter sus deshechos en una bolsa para luego ponerlos en un tacho. El lugar “emblemático” de esto es la playa Agua Dulce, en Chorrillos, pero es muy frecuente en otros puntos de Lima y provincias. La gente se queja de la suciedad y de la contaminación de la arena y el mar, pero son los primeros en ensuciar en perjuicio de ellos mismos y sus semejantes. Son como los que reclaman por el robo de celulares, pero luego van a Las Malvinas o a cualquier mercadillo dudoso a comprarse un equipo arrebatado a un ciudadano que hasta pudo ser asesinado por defender lo suyo. Tenemos mucho que mejorar.