La empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) estuvo jugando al misterio hasta que, frente a la justa presión de la ciudadanía y los medios, tuvo que dejarse de cosas para por fin salir a aclarar cómo sería el corte de agua en la capital a partir del 6 de octubre. De no haber sido así, la empresa estatal recién hubiera dado la cara hoy, cuando lo que se necesita es tiempo para adoptar medidas destinadas a evitar que la afectación al ciudadano sea mayor. En Sedapal deberían darse cuenta de que el agua es un servicio básico y que no estaban ante una película o una canción nueva como para que se pongan a jugar a generar expectativas con su conferencia de prensa tardía. Ha sido la propia ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Hania Pérez de Cuéllar, quien el lunes tomó el toro por las astas e hizo el anuncio que la empresa estaba aplazando. Ayer ha ampliado más la vital información. La compañía merece un jalón de orejas.