Nuevamente la desidia de la Policía acaba en una tragedia. Una menor de 12 años, reportada por sus padres como desaparecida, fue hallada sin vida en una vivienda en Villa María del Triunfo. Los padres de la pequeña denunciaron la desaparición de su hija en la comisaría de José Gálvez al mediodía, pero, según denunció la mamá, los agentes no hicieron nada para buscarla. Lo mismo ocurrió con el caso de Sheyla Cóndor, la joven que fue hallada descuartizada en un departamento. Sus padres también denunciaron el hecho en la comisaría de Santa Luzmila y en Independencia y la policía tampoco realizó su trabajo de manera oportuna. El Ministerio del Interior hace bien en intervenir las comisarías implicadas en ambos casos para identificar a los agentes que omitieron sus funciones y aplicar las sanciones respectivas. Pero es preciso que la entidad también realice labor preventiva capacitando a los agentes en cómo tratar este tipo de denuncias. La empatía y la rapidez con que la autoridad policial actúe en estos casos marcan una diferencia entre la vida y la muerte.