En estos días de fiesta de Semana Santa, la Policía Nacional tiene que cumplir la gran labor de poner en vereda a los transportistas informales que ante la desesperación de la gente por llegar a sus destinos, cometen cualquier irresponsabilidad o delito en las pistas, que no hace más que poner en riesgo la vida de los ciudadanos. Esas combis o buses piratas tienen que ser detectados y sacados de circulación. Recordemos que la gente más pobre que no tiene auto propio ni dinero para un pasaje en avión, es la que por ahorrarse unos centavos, suele apelar al servicio de unidades ilegales que en la práctica son ataúdes con ruedas. La única forma de controlar esto es a través de un oportuno y honesto trabajo de los agentes de la Policía Nacional que tienen que ponerse en los zapatos del ciudadano de a pie, que tiene derecho a volver a su hogar sano y salvo luego de pasar un agradable fin de semana largo. Que esta Semana Santa no se convierta en una pesadilla por culpa de las unidades de transporte pirata.