Con garra 
(y con dientes)
Con garra (y con dientes)

Un gol de Godín, que sigue iluminado, dio a Uruguay el pase a octavos a costa de una Italia que no supo concretar la superioridad que tuvo durante un amplio tramo del partido. Pero la expulsión de Marchisio y la lesión de Verratti dieron aire a la celeste, que encontró la solución a todos sus males en un saque de esquina cabeceado a la red, con la espalda, por el central del Atlético. No es un título, pero Uruguay lo celebró casi como tal.
El milagroso
Diego Godín se ha especializado en goles milagrosos. Lo hizo ante el Barcelona, para dar la Liga al Atleti. De entrada, una buena Italia, liderada por Verratti, eclipsó a Pirlo y comandó un primer tiempo placidísimo para la azzurra, que casi ni se vio exigida. Apenas una doble ocasión de Suárez y Lodeiro. En el segundo tiempo, Prandelli sacó a Balotelli, que no sumó nada, restó mucho y se llevó una amarilla. Italia vivía sin taquicardias hasta que llegó la roja a Marchisio. Fue una plancha a destiempo, castigada quizá con excesiva dureza. Todo lo que podía salir mal para Italia salió incluso peor. Se lesionó Verratti, al que suplió Motta, y Prandelli sacó también a Immobile. Hasta que apareció Godín. El partido siguió y llegó una acción inadmisible: Suárez mordió en la espalda a Chiellini. Sí, otra vez y el árbitro no lo vio. La legendaria combatividad charrúa sigue dando frutos.