La historia de Caleb, un niño que sufrió un accidente y como resultado del mismo, le causo daño cerebral y parálisis en muchas partes de su cuerpo es conmovedora. Al ser hospitalizado, los padres de este niño decidieron incluir en la terapia a un perro.
Como apuntan diversos médicos esto se debe a que al jugar con las mascotas, los pacientes se relajan y ejercitan algunas partes de su cuerpo 'sin darse cuenta'. Se busca estimular a cada chico de acuerdo a la dificultad que presenta a causa de su enfermedad.
'Los perros son auténticos amigos, no juzgan, te aceptan tal como eres', comenta una trabajadora de este centro.