Pelo largo, producto de la cuarentena y muchos meses más, le jugó una mala pasada al personal de la veterinaria. El animal llegó necesitado de un buen corte de pelo u a simple vista nadie pudo distinguir de qué se especie animal se trataba.
El pelo tan largo impedía saber qué animal era hasta que el corte permitió identificar a un gato con una cantidad de pelo inimaginable.
Cuando el gato llegó al Arizona Humane Society, el personal no podía detectar de qué especie se trataba. Lo único que podían ver era una auténtica masa de pelo gris y blanco que no emitía ruidos. Ni siquiera podían distinguir su cara y ni siquiera los maullidos se escuchaban claros como los de un gato casero normal.
Ante esto, los veterinarios comenzaron a cortarle el pelo y se le retiró más de 1 kilo de pelo.
Al parecer, su dueño había muerto, por lo que el gato se encontraba solo y desatendido. Para su suerte, el gato fue rescatado por los veterinarios, quienes lo bautizaron como Fluffer.
Afortunadamente, el gato se encontraba bien de salud, el único problema era su largo pelo.
El gato fue puesto en adopción por los responsables de la veterinaria y en apenas dos días, ya encontró un hogar.