Estudios revelan que un trabajador motivado es más productivo, asiste a la oficina más contento y aprovecha mejor el tiempo y recursos para culminar sus actividades en poco tiempo. Sin embargo, ¿de qué maneras se puede invertir todo ese esfuerzo con el salario emocional?
Giancarlo Ameghino, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, comparte los principales incentivos no monetarios que son valorados en el mercado laboral actual:
1. Capacitaciones y entrenamiento: El colaborador valora mucho cuando la empresa invierte económicamente en su desarrollo profesional y resulta beneficioso para ambas partes, pues el colaborador finalmente compartirá y aplicará estos conocimientos dentro de sus labores.
2. Ganar responsabilidad y empoderamiento: Todo colaborador espera tener autonomía en sus decisiones laborales y que le establezcan metas profesionales como parte del reconocimiento.
3. Familia y tiempo personal: El trabajo a distancia, los horarios flexibles y días libres en fechas festivas como cumpleaños, son incentivos muy valorados en todos los trabajadores, especialmente en el grupo de las nuevas generaciones.
4. Incentivos grupales: Las excursiones en grupo, banquetes o actividades de aventura fomentan la unidad en el equipo de trabajo y generan un buen clima laboral.
5. Premios: Establecer metas dentro de las actividades diarias del colaborador para ganar un viaje, entradas a eventos artísticos o hasta una sesión de masajes siempre serán bien recibidos.
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