Lourdes (Rímac, 25). Doctora, lo quiero, pero no lo amo. Me considero una mujer independiente tanto económica como emocionalmente, pero esta situación ha causado problemas con mi pareja. Llevo dos años de relación, de los cuales 5 meses han sido de convivencia con Esteban, mi novio. Decidimos asumir ese reto para probar si podíamos establecer algo más formal; a decir verdad, fue idea suya, pues yo no me he enamorado hasta ahora y no tengo planes de formar una familia, ni me veo al lado de un hombre y con hijos en un futuro. Cuando comenzamos la relación, le expliqué a Esteban que me considero y me gusta ser una mujer libre, y que no pensaba en el matrimonio ni en tener hijos, mucho menos en adoptar una vida exclusivamente monógama.
Claro que eso último no siempre debía cumplirse. Al principio, él lo tomó bien, entendió y hasta le pareció una genialidad. Los primeros meses no hubo ningún problema, nadie se interesó por nadie más y me parece que eso hizo que Esteban creyera que había logrado cambiar mi manera de pensar, pero a los dos meses de convivencia, la relación dio un giro: le conté que estaba comenzando a sentir una atracción muy fuerte por otro hombre. Esteban se molestó e intentó hacerme disuadir de la idea que tenía de involucrarme con Gerardo. Definitivamente, no accedí a su petición e hice lo que tenía que hacer, pues pensé “soy una mujer libre y la idea de convivir fue de Esteban en su intento de amarrarme”. Después de dos días de mi encuentro con Gerardo, decidí contarle a mi novio lo que pasó y ahora él quiere dejarme. Estoy segura de que no lo amo, pero siento que rompería mi corazón si se aleja de mí.

:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/3GFMDN7FAJG2TAFKYGMANUGE4Y.jpg)


