Magaly Moro
Milagros (30 años, Recuay). Doctora Magaly, estoy desconcertada. Le cuento la incierta situación que estoy viviendo. Me casé hace un mes con Héctor. Lo conocí hace un año en una fiesta patronal que realizamos en mi pueblo, en Pampas Chico. Él vivía en Lima, pero se mudó un tiempo a mi tierra. Acá vivía en casa de sus padrinos. A los seis meses de tratarnos como amigos nos hicimos enamorados y al poco tiempo pidió mi mano. Nos casamos muy rápido, en un dos por tres preparamos la boda.
Yo estaba feliz, estaba realmente enamorada. Pensé que él también lo estaba, que me amaba. Lamentablemente todo fue una ilusión.
Luego de una semana de casados, un día que regresé de Huaraz, a donde iba para comprar algunos alimentos, no encontré a Héctor en la casa, no me había dicho que iba a salir. Luego de ocho horas de ausencia y de no contestar mis mensajes y llamadas me di cuenta de que su ropa no estaba.
Desesperada fui a hablar con sus padrinos, quienes me hicieron una dura revelación: Héctor les había confesado que era casado y tenía hijos. Además, les había dicho que ya no quería a su esposa y que me amaba a mí y que por ello tenía que ir a Lima a arreglar su situación, pero que volvería para quedarse definitivamente conmigo.
Me quedé helada al escucharlos. No lo podía creer. Había sido engañada. Aunque aún lo amo ya no quiero saber nada de Héctor. Doctora, ¿qué puedo hacer con este dolor que siento?
OJO al consejo
Estimada Milagros, entiendo tu dolor y desconcierto. Te aconsejo que olvides a Héctor y que tramites tu divorcio. Él cometió un delito al casarse contigo porque ya lo estaba, es un bígamo. Además, nunca fue honesto contigo. Será difícil, pero tienes que salir adelante. Esta experiencia te servirá para tu vida. Haz planes para el futuro, lucha por tus metas y sueños.