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Al nacer a los bebés se realiza un examen completo de la morfología ocular y, en el caso de existir alguna condición específica o antecedentes familiares, se procede a un examen más exhaustivo para detectar posibles problemas de visión. Pero, ¿qué ocurre si estos males no se detectan a tiempo?

La doctora Verónica Talavera, directora ejecutiva de la Clínica de Ojos OPELUCE, recomienda que "el primer examen visual se realice a los 3 años si no se ha encontrado ningún defecto previo, y a partir de los 5 años una prueba anual".

A menudo, los niños no se quejan de ver mal cuando sufren algùn trastorno visual. Por eso, es importante prestar atenciòn a los siguientes síntomas. “Observar si el niño desvía un ojo, si guiña siempre el mismo cuando va por la calle, si tuerce la cabeza al prestar atención, si se acerca mucho los objetos, si tiene dolores de cabeza, si se le enrojecen los ojos frecuentemente o si se frota los ojos o parpadea demasiado”, nos comenta la especialista.

La falta de detección de los problemas visuales puede provocar ambliopías y estrabismos, ya que un ojo que no ve bien tiende a empeorar. Asimismo, los niños que no ven correctamente, ya sea con un ojo o con los dos, pueden tener un bajo rendimiento escolar, con pocas habilidades deportivas o manuales. Los que son daltónicos, al tener alterada la visión de los colores, podrían mostrar un menor rendimiento escolar.

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