¿Cuál es la verdadera importancia del nombre del hijo?

El primer gran dilema que surge con la llegada de un bebé es no saber qué nombre ponerle. Jackeline suena moderno y estilizado, Isabel se oye más bien formal, Roberto evoca seriedad y Victoria ya resulta un poco fuera de moda. Nos dejamos llevar por la estética y olvidamos un punto importante: el significado, pues existe cierta relación entre cómo nos llamamos y cómo somos.

“El nombre no define a una persona, pero sí influye en ella porque tiene un significado simbólico que uno va interiorizando”, señala el antropólogo Armando Millán. Para él todos los nombres representan algo.

De hecho, si analizamos los más comunes en Occidente, la mayoría derivan de personajes bíblicos, santos o hacen referencia a alguna cualidad universal. Son en general positivos. Por eso es importante que las personas investiguen al respecto, y que los padres informen a sus hijos sobre lo que significan.

“Ser conscientes de lo que quiere decir nuestro nombre puede ayudarnos a entendernos mejor como individuos y a relacionarnos mejor”, añade Millán. Por ello, padres, antes de caer en un arrebato, es mejor pensar dos veces el nombre del futuro bebé.

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