Milán, Italia (AFP).- El amor inspiró a los estilistas en esta cuarta jornada de la Fashion Week de Milán con colecciones prêt-à-porter para el próximo invierno mixtas que juegan con los vínculos de la pareja, como la colección de Bottega Veneta o Antonio Marras.
Con medias negras y guantes de cuero, cartera en bandolera, las modelos alternan trajes y abrigos cruzados en cachemira de líneas sólo esenciales y de colores unidos que van desde los tonos sombrío al ocre, naranja o en tierra de Siena, con pantalones de estilo jodhpur o vestidos con mangas globo.
No hay lugar para adornos. Sólo se autorizaron minúsculas cabezas de alfiler claveteadas con la forma de un dibujo en una manga o en los flancos de una prenda, así como pelos largos de cabra negra en algunos hombros o en los abrigos Yeti con reflejos rosa y plateados.
El hombre, que acompaña a la Señora, no le hace sombra, y adopta un vestuario simplísimo. Con pantalón de algodón blanco y abrigo con amplias solapas. Apenas se le autoriza un amplio moño que utiliza de noche como de día.
La pareja es decididamente más impetuosa según Antonio Marras, en donde se escucha vajilla que se rompe mientras desfilan los modelos. Los cuerpos se enlazan y se desenlazan al ritmo de un apasionado tango, mientras que los vestidos de tartán, seda impresa o terciopelo acarician con ligereza sobre le cuerpo.
- Buenos Aires años '20 -
"Este tango de amor hace estremecer mi cuerpo", tararea una vieja canción mientras que la mujer rechaza a su hombre con rabia o, de repente, cae en sus brazos. Vestidos con el mismo saco patchwork de su compañera, de diferentes telas bordadas, el hombre engominado parece salir del Buenos Aires de los años 1920.
Blumarine recurre al mismo registro, el del amor, con una banda de sonido que encadena canciones de amor que van desde Lio al 'hit' italiano de los años 1960 cuyo refrán se pregunta: "¿Qué es la vida sin amor?".
Los escotes de los suéteres, vestidos y abrigos son anchos y están bordados con visón de color.
Las flores están por todos lados. Bordeadas o en lentejuelas amarillo oro como el mimosa en los vestidos.
El romanticismo también está presente en Ermanno Scervino, que le imprime a veces una nota masculina. Los vestidos con encajes se llevan con botas de cuero negro, capotas militares suavizadas con toques de piel u hombreras bordeadas.