El respeto es necesario para lograr una buena convivencia en la sociedad. De aquí surge la importancia de inculcarlo en los niños y niñas, pero no solo en el hogar, sino en la escuela y en el resto de la comunidad.
Para lograrlo, no hay nada mejor que el ejemplo pues los pequeños tienden a imitar los actos de los adultos, especialmente de quienes están cerca de ellos como sus padres o profesores.
Una persona que en todo momento resuelve sus problemas con gritos, tiende a la violencia o es parte de ella de alguna u otra manera, no es ejemplo para fomentar este valor. Al contrario, puede que la personalidad del menor de edad se vuelva violenta y se vea afectado su estado emocional.
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