La paternidad puede incrementar la materia gris del cerebro y producir otros cambios significativos, según se reveló en una investigación de la Universidad de Yale, publicada el último mes por la revista científica Social Neuroscience.
El estudio siguió a 16 profesionales en distintas etapas de su vida, escaneó sus cerebros y los sometió a un escrutinio para ver cómo se adaptaban a su nuevo estilo de vida.
En este periodo hallaron hasta ocho principales cambios, entre buenos y malos: expansión de la materia gris, mejor manejo de tareas múltiples, mejores respuestas emocionales, más capacidad para detectar las necesidades del bebé, pérdida de memoria y menos capacidad de tomar decisiones.
Los padres que más se involucraron con la crianza de sus hijos se adaptaron más rápidamente y adquirieron rasgos de personalidad más maternales. El enlace emocional que genera de la interacción entre padre e hijo es fundamental para la unión a largo plazo. Los efectos en las funciones cognitivas y en la socialización del niño serán muy beneficiosos.
Cabe señalar que estos cambios también se pudieron observar en los padres gay que están al cuidado de sus niños.