Estudió Arquitectura, pero siempre tuvo una fuerte debilidad por las luces y las cámaras. Por ello, solo le bastó una oportunidad para que Karen Carrera captara la atención de miles de usuarios en redes sociales con su sonrisa pícara, divertidos bailes y, sobre todo, irreverentes mensajes de situaciones de desamor y de la vida cotidiana con los que cualquier persona podría sentirse identificada. Gracias a ese carisma ha acumulado casi medio millón de seguidores en TikTok sin tener que decir una sola palabra.
En conversación con diario OJO, la también surfcoach nos cuenta sobre inició su incursión como creadora de contenido.
¿Qué te impulsó a compartir contenido en las redes sociales?
Yo estudié arquitectura y, a la par, armé una escuela de surf, que es mi pasión. También fui competidora profesional. Entonces, no solía tener mucho tiempo, pero me enfermé por una bacteria de carne cruda. Como no podía salir, me dediqué a hacer contenido en redes para distraerme, salir de la depresión. Vi que a la gente le gustó un montón, se identificaban con las frases que compartía y ahí empezó todo.
¿Siempre te sentiste atraída por las cámaras?
Si, desde chiquita he hecho muchas cosas como intro, teatro, conducción en obras, me metí a varios cursos. Siempre he estado en la movida de las cámaras, en realidad.
¿Y por qué no te inclinaste por una carrera más afín con las artes escénicas?
Quería mucho estudiar artes escénicas, pero siempre está la mamá y el papá que te dicen que “(esa carrera) no te va a dar nada, que eso puede ser solo un hobby”. Nunca apuestan por ti en ese momento. Pero, en paralelo que estudiaba arquitectura, llevaba cursos de locución, impro, actuación.
Muchos de tus videos son musicalizados con cumbias. ¿Cómo surge esta idea?
Cuando pasó el tema de la bacteria, yo escuchaba mucha cumbia y empiezo a notar las letras, entonces creo las frases para mis videos y dije, voy a hacer esto porque a mí me gusta, nunca pensé solo en los likes o comentarios. Estos videos se empiezan a hacer virales tanto acá en el Perú como en el extranjero. Incluso, la gente al principio me reconocía como la pituquita de la cumbia, pero no soy pituca. (Risas)
¿Qué opiniones recibiste en tus inicios como tiktoker?
Al principio, fui muy criticada, sobre todo por mis propios amigos. Pero todo cambia cuando empiezan las marcas a buscarme. Yo igual le metí mucho punche.
Si tuvieras que encontrar algunas similitudes entre el surf y ser creadora de contenido, ¿qué mencionarías?
Hay una cosa que sí creo que vale la pena resaltar. Yo, desde chiquita, fui la única mujer que tenía una escuela de surf y siempre estuve expuesta muchos comentarios machistas y en redes sociales también te expones a que comenten sobre ti, sobre tu cuerpo o tu género. Y, hasta el día de hoy me dicen “oye, pero si tienes bonito cuerpo, ¿por qué no por qué no muestras más?”.
¿Qué otro tipo de contenido te gustaría compartir?
Me encantaría hacer un podcast. Me encantaría mucho hacer locución, si no se puede en una radio hacer mi propio programa por Instagram, o subir pequeños videos que pasen el día a día.
¿Qué te ha aportado convertirte en una creadora de contenido?
En lo que es la escuela de surf, me ven como una persona de confianza, con la que pueden practicar un deporte con tranquilidad y mucha seguridad, por cómo me muestro en redes, supernatural. Como soy en redes, soy en la vida real.
¿Qué les dirías a las personas que quieren crear contenido en redes y no se animan por el miedo al qué dirán?
Que arriesguen, eso se los digo de todo corazón, y que hagan de sus redes sociales, con mucho respeto, lo que quieran. Siempre habrá alguien que los apoye.
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