Los acostumbrados a los partidos de fulbito o pichangas entre amigos o compañeros de trabajo cuentan en los últimos días con una mayor presencia de sus parejas, como esposas, novias o enamoradas.
Y es que tras el ampay al conductor Aldo Miyashiro con su exreportera Fiorella Retiz, emitido el último martes en el programa de Magaly Medina, muchos varones ahora llegan a las canchitas de fulbito escoltados de sus parejas, como comprobó OJO la tarde de ayer en algunas losas deportivas de Lima.
“Por culpa de Miyashiro, justos pagamos por pecadores”, “Adiós ‘fullvaso’, “Ahora todos nos vamos de frente a casa”. Son algunos mensajes de “queja” o “reclamo” que comparten los mismos pichangueros en redes sociales.
En tanto, las esposas o novias justifican su presencia al recordar el polémico ampay que delató una infidelidad después de un partido de fulbito. “A mí no me van a hacer la de Miyashiro”, “Si quiere jugar, que me lleve a verlo”, ”Voy a marcar territorio para verificar que no haya ‘Fiorellas’”, son algunos de los mensajes de las mujeres.
Por qué las mujeres van a las pichangas
En conversación con OJO, el psicólogo y psicoterapeuta, director del Instituto Guestalt, Manuel Saravia, señaló que este fenómeno social de asistencia de mujeres a las pichangas responde a muchos factores, entre los principales, “heridas abiertas” e “inseguridad”.
“El haber mediatizado el tema de la infidelidad ha reabierto heridas o recuerdos de inseguridad en muchas parejas que pasaron por situaciones similares. Y esto, en otros casos, se ha mezclado con el humor. En otros, hay mujeres en los que este famoso ampay les puede generar una sensación de desconfianza y para ‘proteger su relación’ piensan que la solución es acompañar a su pareja”, explicó.
“Ante toda esta situación es importante trabajar sobre los verdaderos factores de protección de una relación, que no necesariamente son asistir y cuidar a la pareja en una pichanga, sino tener una buena comunicacion, empatía, reciprocidad, flexibilidad, activar el romance, vencer la rutina”, aconsejó.