Sus polleras multicolores y los zapatos de fiesta están guardados hasta nuevo aviso. La pandemia obligó a Dina Páucar a poner una pausa forzada a su exitosa carrera que la llevaba por todos los rincones del país, pero a la vez la llevó a “reinventarse”; palabra tan de moda.
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Hoy “La diosa hermosa del amor” ha cambiado esos escenarios que la llenaban de aplausos por otro, en el que reina la naturaleza y una rutina distinta a la que se vive en la gran ciudad. Ahora canta sus huaynos arrullada por los pájaros, esa es su nueva vida en Munay Allpa Lodge su fundo en La Merced, Chanchamayo.
“Los primeros meses de la pandemia yo pensaba que esto iba a pasar rápido, pero se empezaron a cancelar todas las presentaciones y nos dimos cuenta que esto tenía para rato”, nos cuenta la popular cantante que tomó una decisión que ha dado un vuelco a su vida.
Paraíso en Chanchamayo
“Hace 12 años compramos un pequeño fundo de diez hectáreas a 10 minutos de Chanchamayo. Amo la naturaleza, desde que adquirí este terreno, cada lugar, cada espacio, hemos ido arreglándolo para que en un futuro yo me viniera aquí cuando me retirara de los escenarios. Pero mis planes cambiaron”.
La intérprete de “Qué lindo son tus ojos”, acompañada de su inseparable Rubén Sánchez, su esposo, dejó su casa en Lima y se mudó a Munay Allpa. Dina volvió a cocinar con leña, a criar sus animales de corral y sembrar árboles frutales. Pero sobre todo, volvió a ser esa mujer del campo que luego de años de duro trabajo se convirtió en una estrella.
“Ahora en el fundo ya tenemos luz, agua e Internet y eso nos animó a construir cerca de la casa grande ocho bungalows al estilo Oxapampa. Siempre me ha gustado el negocio de la hotelería y quiero que me visiten turistas para que disfruten de la naturaleza”.
La artista ha pasado por malos momentos, por eso, aunque ahora tiene un nuevo emprendimiento que le generará ingresos, pide que sean comprensivos con sus colegas que deben salir a ganarse el pan en plena pandemia. “Es muy agresivo decir por qué no ahorraron, por qué salen y se exponen, tenemos que ser empáticos, hay mucha necesidad. Sin ingresos con la música cómo les darán de comer a sus hijos, las deudas no esperan hay y seguir pagando. Es muy fácil criticar”, dice.
-¿Dina y has imaginado el día en el que vuelvas al escenario y tengas a tu público al frente?
Voy a llorar mucho eso no lo dudes. Y me acordaré de un muchachito que me dijo hace poco: ¿Dina imaginas cuando cantes la canción Madre? ¿Te imaginas cuantas personas mirarán el cielo? Y yo en ese momento me emocioné, porque en esta pandemia muchas madres, padres, hermanos e hijos se han ido e inevitablemente una canción nos los recordará. No sé cómo voy a poder cantar con tanta emoción que llevo dentro.