:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/2E7UV4MVF5EUVGWRYVTZ2NECUE.jpg)
El fin de la relación entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler sigue siendo una de las más comentadas en España, luego de la escandalosa canción de Shakira contra Gerard Piqué.
MIRA: Filtran cruel carta de Patricia, exesposa de Mario Vargas Llosa, a Isabel Preysler: “eres un capricho más”
La periodista Pilar Vidal del reconocido periódico ABC de España contó detalles de cómo era la relación entre el Nobel y la socialité. Ella reveló que Isabel quiso abandonar al escritor peruano de 86 años de edad, pero que le daba pena “por su avanzada edad”.
“Con el transcurso del tiempo el enamoramiento y la pasión de los comienzos pasó al respeto, el cariño y la compañía (...) Y es que, según ella comentó a personas de su círculo, Isabel estuvo a punto de romper con Vargas Llosa, hace dos años. Aunque la determinación no la llegó a tomar porque le daba pena abandonarle”, se lee en su columna publicada el 28 de enero de 2023.
Según contó la periodista, a Preysler le preocupaba tanto que Vargas Llosa “no estuviera bien cuidado”, que optó por seguir a su lado. Ellos estuvieron juntos 8 años, hasta que a inicios de a fines de diciembre del 2022, se conoció de su ruptura.
Las “manías” de Mario Vargas Llosa
La periodista española también tuvo información sobre las “manías” que tenía Mario Vargas Llosa y le confesó Preysler, quien hasta tenía miedo de que él se atore con un hueso.
MIRA: ¿Reconciliación? Mario Vargas Llosa tuvo cita romántica con su exesposa Patricia y olvida a Isabel Preysler
“Debido a sus manías, durante ocho años han estado escondiéndose todas las frutas que lleven pepitas o huesos. Hasta el punto de que desaparecieron de la dispensa las aceitunas (...) Luego leía los periódicos y dedicaba la jornada vespertina a recibir visitas, atender entrevistas o responder correspondencia. Entre las 19 y las 21 horas, la pareja compartía algunos episodios de sus series favoritas en la sala de estar. Para luego cenar y acostarse. El escritor no es de trasnochar, así que sobre las 22.45 horas suele meterse en la cama”.
Lo más revelador que es el arequipeño dependía mucho de la socialité, a quien le pedía que lo arrope antes de dormir.
“Buscaba a Isabel para que esta fuese arroparle y le diese un beso en la cama cada día, ya con la luz apagada”, se lee en el escito.
