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El día de ayer, Ricardo Cotrina del Águila (42) terminó con la vida de su expareja Dany Ticona Batallanos (35) en Santa Anita.
El asesino llegó hasta la vivienda de la víctima e ingresó aprovechando que un inquilino salía de la vivienda multifamiliar.
Una vez dentro de la casa se encontró con su hija mayor, Daniela, de 18 años. “Hijita, te quiero mucho, esfuérzate, cuídate”, le recomendó Cotrina como si fuera a despedirse.
Según Anabel Ticona, hermana de la víctima, Dany llegaba de comprar comida y le dijo a su hija que le sirviera un plato a su padre. La pareja se quedó a solas conversando unos minutos, cuando de pronto se escuchó el sonido de un disparo.
Inmediatamente, la menor salió con sus hermanos a ver qué pasaba, pero para infortunio suyo encontraron a su madre muerta, tirada en la alfombra, sangrando por la boca.
Los inquilinos del inmueble, al escuchar el ruido del disparo y el llanto desgarrador de los hijos de Ticona, dieron aviso a personal del Serenazgo, quienes detuvieron al asesino.
A la escena del crimen llegaron los peritos de Criminalística y de la Policía Nacional, quienes trasladaron a Ricardo al Depincri de Santa Anita. Según testigos, a su salida, el feminicida gritó al cuerpo de la occisa: “Descansa en paz”.
“Esto ha sido planificado. Venir, despedirse de mi sobrina, ha sido premeditado”, acotó Anabel.
Asimismo, la mujer indicó que, cuando ella llegó al cuarto, los vecinos le narraron que habían escuchado al exmilitar gritar desde la calle mientras hablaba por teléfono. “Decía: ‘Ábreme la puerta, sino te voy a matar’”, afirmó.
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