Un reciente estudio de medición de stock de carbono en turberas (humedales) elaborado por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) y Profonanpe, reveló que el Abanico del Pastaza, en el Datem del Marañón (Loreto), es la tercera reserva de carbono más grande del mundo, después de los ecosistemas del Central Kalimantan, en Indonesia, y Cuvette Central, en República del Congo.
Se trata de zonas ricas en reservas de carbono como humedales, aguajales, bosques aluviales o pantanos herbáceos con potencial para mitigar el cambio climático y contribuir al desarrollo de comunidades locales.
Este estudio busca medir el stock de carbono almacenado en los ecosistemas de la provincia del Datem del Marañón, enfocándose en el área de influencia del Proyecto Humedales del Datem que es ejecutado y administrado por Profonanpe.
“Los hallazgos son datos que nos ayudan a entender mejor el potencial de mitigación del cambio climático, reportando una superficie de los bosques de aguajal (1,142,077 ha), aluvial inundable (1,421,431 ha) y los bosques de tierra firme (2,049,597 ha), los cuales son los ecosistemas con mayor extensión en el área de estudio, y se entiende como el tercer reservorio de carbono en el mundo”, señaló Miguel Alva, especialista en Recursos Naturales del proyecto Humedales del Datem .
Asimismo, el estudio de modelamiento hidroclimático (ATUK) permite mostrar escenarios de intervención de posibles impactos negativos ante un mal manejo de los recursos forestales no maderables (frutos de palmeras amazónicas, hidrobiológicos, medicinales, servicios ecosistémicos, etc) por parte de las comunidades, donde se vienen generando modelos de actividades económicas sostenibles (bionegocios), a través de una gobernanza de los territorios junto a 7 pueblos indígenas: Awajún, Achuar, Chapra, Kandozi, Kichwa, Wampis y Shawi.
Estas zonas ricas en reservas de carbono también tienen un gran potencial y valor de la biodiversidad y la riqueza intercultural de sus territorios, establecidos en sus instrumentos de gestión como la zonificación territorial indígena, construida desde la cosmovisión, saberes y usos ancestrales de sus territorios, y ecosistemas.
“En la última década, se han desarrollado estudios orientados a conocer las características y capacidades de los bosques y, en especial, de las turberas amazónicas y su contribución a la mitigación del cambio climático. Sin embargo, aún se conoce poco acerca del valor como sumidero de carbono de áreas poco exploradas como el Datem del Marañón, que se caracteriza por estar conformada por humedales como los aguajales, los bosques aluviales o los pantanos herbáceos”, explicó el especialista del proyecto Humedales del Datem.
Para la ejecución del estudio, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) empleó metodologías ampliamente utilizadas para el monitoreo y cuantificación de carbono en bosques amazónicos. Entre las conclusiones, el reporte advierte que las principales amenazas y riesgos en la zona son las actividades ilegales como minería ilegal, tráfico de fauna silvestre, carreteras y pocas capacidades estatales para la fiscalización de los permisos habilitantes.