Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Santiago, de 53 años, que vive en Surquillo:

¡Ay, doctorcita! Ya no sé qué más hacer con la comida de mi mujer. Siempre que hace el arroz le pone demasiado ajo y nos deja un sabor terrible en la boca. Ella dice que así lo prefiere su mamá, pero yo lo detesto. Es imposible tener un almuerzo tranquilo sin discutir por este tema.

Este problema comenzó cuando mi suegra Nora, que ya es anciana, se mudó a nuestra casa para que mi esposa pudiera cuidar de ella por su avanzada edad. No sé si al envejecer dejas de sentir correctamente los sabores, pero desde que llegó le decía a mi mujer que le ponía muy poco ajo al arroz.

A raíz de sus quejas mi Evelyn cambió su receta y ahora el sabor es, sin afán de ser ofensivo, nefasto. Lomo saltado, malaya frita, todos los platos están arruinados por ese horrible arroz y no sé qué hacer para que deje de cocinar así.

Lo que más rabia me da es que mi suegra solo vive criticando todo lo que se hace en mi casa. No le gustan mis sillones, quiere que le demos el cuarto principal a ella, no le agrada la comida ¡no le gusta nada!

Quisiera su sabio consejo para poder traer un poco de paz a mi hogar. Mi hijo y yo hemos intentado hablar con Evelyn, pero ella es muy protectora con su mamá. Se pone muy terca y no nos quiere escuchar. Me duele mucho que ponga a su madre primero que a su familia. ¿Qué hago?

CONSEJO

Querido Santiago, lo mejor sería acudir a un tercero como una terapia familiar para lograr la paz. En este tipo de casos tan sensibles, la mejor herramienta es la comunicación. Evita usar un tono de voz agresivo o hacer crítica. Acércate a Evelyn y conversa con ella desde la preocupación. Exprésale tu dolor por sentir que dejó de lado a tu familia. Muchos ánimos, ten paciencia.

ESCRÍBEME TU CASO A