Por defender a su hermano problemático, la presidenta Dina Boluarte está poniendo en peligro su continuidad en el poder y de paso también la precaria estabilidad en que vivimos. Se han presentado tres mociones para echarla del poder que ayer han sido rechazadas de plano por venir de los escuderos del golpista impresentable de Pedro Castillo. Sin embargo, si la mandataria sigue en el plan de blindar a su hermano que ha querido sacar provecho de su cercanía con el poder, sería bueno que piense en que más adelante no podría tener tanta suerte como hasta ahora. Lamentablemente, al asunto de don Nicanor se suma el escándalo de los Rolex y, sobre todo, el precario respaldo popular con que cuenta. Además de una gestión deficiente en todos los ámbitos y con tantos problemas que no sabe cómo resolver. Nadie niega su legitimidad en el poder, pero basta que los políticos, que hoy la apoyan, vean que es impopular jugársela por ella. Finalmente le bajarán el dedo en cualquier momento. Así funcionan las cosas acá.