¡Qué tal! Te habla la mascarilla, tu mejor aliada para evitar que te contagies o contagiar de a los demás. Y como el maldito virus vuela y tiene variantes más peligrosas, desde hoy 26 de abril, es obligatorio que me lleves por partida doble.

Advertencia: No podrás ingresar a centros comerciales, galerías, supermercados, mercados, bodegas y farmacias si incumples esta disposición. Y de yapa, la careta facial. Mi versión quirúrgica ya no es suficiente; sobre ella debes poner una de tela que la selle y, de esa manera, se incrementa el nivel de protección.

También puedes utilizarme en modo KN95 y, encima, una quirúrgica para ponerle al bicho un nudo gordiano. En realidad, como KN95 brindo seguridad porque proporciono buen ajuste como una filtración efectiva, pero es recomendable, dependiendo del tipo de rostro, ajustarla adecuadamente, y ahí soy necesaria como acompañante en modelo quirúrgica.

Recuerden, como dice , que un solo estornudo puede transportar hasta 200 millones de pequeñas partículas del virus, dependiendo de qué tan enfermo esté el portador. Incluso si yo, o sea la mascarilla, bloqueo un gran porcentaje de esas partículas, podrían escapar suficientes para enfermar a alguien si está cerca del portador.

De allí la importancia también de mantener el distanciamiento físico. Algo importante: El Gobierno de Sagasti me ha declarado “un bien público” y me repartirá de manera gratuita, sobre todo entre las poblaciones vulnerables. Ya era hora. Se trata de una buena decisión porque en el kit que entregarán iré por partida triple: dos de tela y una quirúrgica.

Algunos se quejan de que, si una mascarilla les fastidiaba, dos ya es demasiado. Más respeto: yo, la mascarilla, he salvado muchas vidas. Que no cumplan el resto de protocolos sanitarios ya es otro cantar.

Además, ¿Qué prefieren, sudar un poco o engrosar la espantosa lista de fallecidos que registra nuestro país? No olviden colocarme sobre la nariz y la boca, de manera que también les cubra el mentón. Es la única forma de que se curen en salud.

Esto fue todo por hoy, ahora sí soy Jaime Asián, hasta mañana.