Una vez más, ha quedado demostrado que el fujiaprismo le tiene un camote exclusivo al ex fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, al limpiarlo de polvo y paja en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, pese a las evidencias y testimonios que lo involucran en el deslacrado de una oficina del Ministerio Público cuando era el mandamás de esa institución. La pregunta es: ¿Por qué tanto blindaje? ¿Qué hay detrás de tanto favoritismo? Algún día lo sabremos, pero congresistas como Velásquez Quesquén, con el mayor descaro, dicen que “no tenía ni una prueba”. Increíble.
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