Foto: (GEC | Jaime Asián)
Foto: (GEC | Jaime Asián)

Qué tal! No sé ustedes, pero nosotros sentimos que en este momento nos gobierna el interés creado, la cuchipanda. ¡Cuidado con eso!

Subsiste un grupete al que le importa un pepino el país y, por apetitos subalternos, es capaz de empujarlo al barranco. “¿Qué estaremos pagando?”, se preguntaba Don Juan, el señor del taxi, que tiene su página en Ojo los días miércoles. Y los taxistas, como bien sabemos, son los termómetros de la coyuntura. Husmean correctamente lo que pasa.

A esa camarilla de que les hablo no le conmueve la pandemia ni el calvario que viven millones de peruanos por este virus maldito. No. Por el contrario, tácitamente, está del lado de la Covid-19 al colocarle cortapisas espinosas a nuestra Patria.

La exministra de Educación, Flor Pablo, acaba de señalarlo con puntos y comas: “Se está orquestando algo que va a poner en riesgo las elecciones y las vacunas”. Escuchen bien: “Se está orquestado algo que va a poner en riesgo las elecciones y las vacunas”. Qué fuerte.

Y va más lejos: habla de la intención de “bajarse al gobierno de transición”. Esto es gravísimo cuando los comicios están a la vuelta de la esquina y recién estamos agarrando viada en la vacunación de los peruanos. El Perú ya no está para estos vaivenes. Esto demuestra una vez más que la política ha entrado en una involución inexorable.

Ya el presidente Sagasti desmintió que haya autorizado la inmunización irregular de la exministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete. Listo. Si el mandatario está mintiendo, los canales para investigarlo y sancionarlo son claros, pero es momento de pensar en el país y no malograrle su cumpleaños número 200 de independencia. Digo. ¿Qué bancada está planteando la moción de vacancia de Sagasti? La del angelito Edgar Alarcón, o sea UPP, cuyo patrón en la sombra es Antauro Humala.

Ya ustedes saquen sus propias conclusiones. Una cosa es legislar, fiscalizar y representar, y otra tener el compulsivo síndrome de la vacancia, léase jorobar por jorobar. Basta ya de jugar con el destino del país. Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta el lunes.