Qué tal.

Yonhy Lescano tiene la espada de Damocles sobre la cabeza. El acoso sexual denunciado por una periodista lo ubica en el epicentro del repudio general, y ya no sabe qué inventar ni a quén echarle la culpa.

Además, cada vez que alega algo, despierta mayor crítica, como eso de que Montesinos ha regresado y de que existe un complot fujiaprista para sacarlo del Congreso al haber anunciado de postulará a la presidencia de la República.

Dicho esto, también queremos destacar el caparazón y la concha más grande que la del Campo de Marte que tiene Moisés Mamani al salir a calificar de acosador sexual a Lescano cuando él hizo lo mismo al tocar indebidamente a una aeromoza, hecho por el cual fue suspendido por el Congreso.

“A mí me han bajado (del avión) por borracho, no por acoso. Yo no he enviado, como Lescano, (mensajes) por WhatsApp acosando a una dama. Por eso, siempre he dicho que soy muy respetuoso con las damas”, alegó el que se jactó de la “mano zas”.

Lo cierto es que por legisladores de esta catadura moral -y hablamos de Lescano, Mamani y de otros también mañosones- es que este Congreso da tirria y tiene hasta la coronilla a la población.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.