Aun cuando necesitamos los mismos nutrientes y energía tanto en climas calurosos como en fríos, cuando baja la temperatura los antojos y preferencias pueden cambiar.

Si frente al calor, el cuerpo se calienta y activa mecanismos como la sudoración para mantener en equilibrio la temperatura corporal, ante el frío pasa lo contrario, el cuerpo procura mantener calor y suele pedir azúcar o harinas por ser fuente de energía.

Este estímulo natural puede estar relacionado con el tiempo primitivo del hombre, como mecanismo de subsistencia. En el mundo actual vivimos otra realidad. Lo que realmente el cuerpo necesita no es más azúcar o energía, sino mantener su temperatura corporal estable. Por ello, debes proporcionarle calor con abrigo y bebidas calientes saludables como caldos de verduras e infusiones sin azúcar. De esta manera, le entregas lo que necesita, pero sin calorías adicionales e innecesarias.

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