Una pesadilla vivieron los asistentes a una boda, al mis que fue retrasa en marzo del año pasado a causa de la pandemia del coronavirus o COVID-19.
Después de varios meses, Lorena Rodríguez González concretaron el matrimonio y realizaron la celebración en Cali, sin imaginar que el coronavirus se colaría. Pese a que se cumplieron los protocolos de bioseguridad, pues los novios e invitados usaron el tapabocas, terminaron relajándose al momento del festejo.
Algunos se retiraron las mascarillas y terminaron abrazándose, omitiendo las normas de bioseguridad. Fue entonces cuando 15 personas se infectaron con el COVID-19. Dos de las personas más afectadas fueron los padres de la novia, quienes terminaron internados en camas de una unidad de cuidado intensivo (UCI).
Por ejemplo, el padre de Lorena fue llevado directamente a la UCI, fue intubado y estuvo durante 19 días en esa área de cuidado crítico. Hoy, continúa hospitalizado y con soporte de oxígeno. En tanto, la madre de Lorena le fue un poco mejor. Permaneció 12 días en la UCI, intubada, antes de pasar a una sala de observación.
Tras lo sucedido, la novia dijo: “Sentí que me quería morir, que esto no estaba pasando. Es algo que no le deseo a nadie en el mundo, a nadie, a nadie. Cuídense, cuiden a su familia. No hagan ceremonias, no hagan ninguna fiesta, reuniones familiares (...). Esto es algo que duele en el corazón, yo nunca me imaginé ver a mis papás en esta situación y verlos así es lo peor”.