Muertes por la religión son de escándalo.
Muertes por la religión son de escándalo.

En un hecho que causa estupor entre la población, la Policía de Kenia encontró más más de los seguidores de la secta de un culto que creían que irían al Cielo si morían de hambre, con lo que el número total de cuerpos hallados asciende a 90 a la noche del martes, mientras se sigue buscando más muertos. Al menos, 34 personas fueron halladas vivas y 212 son los declarados desaparecidos.

El macabro recuento de víctimas continúa en el bosque de Shakahola, en el este de Kenia, donde se hallaron el martes (25.04.2023) otros 17 cadáveres de miembros de una secta que promovía el ayuno extremo para “conocer a Jesús”, llevando el total a 90 muertos.

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El hallazgo ocurrió durante los trabajos de exhumación llevados a cabo en la propiedad del líder de la Internacional de las Buenas Nuevas, Paul Mackenzie, acusado de ordenar a sus seguidores renunciar por completo a la comida y esperar hasta la muerte, además de pedirles que matasen a sus hijos, para ir al cielo a encontrarse con Jesús.

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Este balance, dentro del cual figuran niños, es provisional. Las autoridades siguen peinando un bosque de más de 300 hectáreas, cerca de la ciudad costera de Malindi, en busca de otras fosas comunes.

El terrible descubrimiento ha conmocionado a toda la nación y el presidente William Ruto prometió tomar medidas contundentes contra aquellos que “utilizan la religión para promover sus actos atroces”.


Podrían ser 212

“La mayoría de cuerpos exhumados son de niños”, dijo a la AFP un forense bajo condición de anonimato. Según un investigador se encontraron fosas con hasta seis personas.

La morgue del hospital local está llena por la llegada masiva de cuerpos, dijo Said Ali, responsable del establecimiento. Añadió que tuvieron que pedir a la Cruz Roja contenedores refrigerados.

Los cuerpos exhumados en bolsas para cadáveres se muestran en el suelo antes de ser transportados a la morgue, en la fosa común de Shakahola, en las afueras de la ciudad costera de Malindi, el 25 de abril de 2023. (Foto de Yasuyoshi CHIBA / AFP)
Los cuerpos exhumados en bolsas para cadáveres se muestran en el suelo antes de ser transportados a la morgue, en la fosa común de Shakahola, en las afueras de la ciudad costera de Malindi, el 25 de abril de 2023. (Foto de Yasuyoshi CHIBA / AFP)

“El horror que hemos visto en los últimos cuatro días es traumático. Nada te prepara para ver fosas poco profundas con niños dentro”, añadió.

Según la Cruz Roja keniana, 212 personas han sido reportadas desaparecidas.

Muchos acusan a las autoridades policiales y judiciales de no haber actuado antes. Paul Mackenzie Nthenge ya había sido detenido en dos ocasiones, la última vez en marzo de este año, tras un caso en el que dos niños murieron de hambre.


Delito de terrorismo

De visita en la zona de búsqueda, el ministro del Interior, Kithure Kindiki, advirtió que el balance de víctimas podría subir.

“No sabemos cuántas fosas comunes, cuántos cuerpos hallaremos”, dijo Kindiki. Añadió que 34 personas fueron halladas vivas en el bosque.

Kindiki evocó la posibilidad de que se inculpe por “terrorismo” a Paul Mackenzie Nthenge, el “pastor” de la llamada Iglesia Internacional de la Buena Nueva (Good News International Church) que promovía el ayuno entre sus seguidores para “conocer a Jesús”.


Crimen terrible

La historia del culto salió a la luz cuando a finales de marzo dos niños fueron encontrados muertos, asfixiados por sus padres y después de haber sido privados de comida.

Los cuerpos exhumados en bolsas para cadáveres se muestran en el suelo antes de ser transportados a la morgue, en la fosa común de Shakahola, en las afueras de la ciudad costera de Malindi, el 25 de abril de 2023. (Foto de Yasuyoshi CHIBA / AFP)
Los cuerpos exhumados en bolsas para cadáveres se muestran en el suelo antes de ser transportados a la morgue, en la fosa común de Shakahola, en las afueras de la ciudad costera de Malindi, el 25 de abril de 2023. (Foto de Yasuyoshi CHIBA / AFP)
Los investigadores de Kenia desenterraron este martes otros 16 cadáveres en un bosque donde se creía que una secta practicaba la hambruna masiva, lo que elevó el número de víctimas hasta el momento a 89, incluidos niños. Se teme que se puedan encontrar más cadáveres en el bosque de Shakahola, donde el líder de la secta, Paul Mackenzie Nthenge, supuestamente había estado diciendo a sus seguidores que el hambre era el único camino hacia Dios. (Foto de Yasuyoshi CHIBA / AFP)
Los investigadores de Kenia desenterraron este martes otros 16 cadáveres en un bosque donde se creía que una secta practicaba la hambruna masiva, lo que elevó el número de víctimas hasta el momento a 89, incluidos niños. Se teme que se puedan encontrar más cadáveres en el bosque de Shakahola, donde el líder de la secta, Paul Mackenzie Nthenge, supuestamente había estado diciendo a sus seguidores que el hambre era el único camino hacia Dios. (Foto de Yasuyoshi CHIBA / AFP)

La Policía vinculó el crimen a Mackenzie y lo detuvo por incitar a los padres de los niños a hacerlo. Inicialmente fue puesto en libertad bajo una fianza de 700 dólares, pero volvió a ser detenido el 15 de abril tras descubrirse los cadáveres de cuatro de sus seguidores.


Ayunar día y noche

De acuerdo con una investigación de Nation, Mackenzie fundó su Iglesia en la ciudad keniana de Malindi hace años e inculcó a la gente que las escuelas y los hospitales eran demoníacos. También decía a sus fieles que debían ayunar día y noche. Tras ser detenido varias veces por lavar el cerebro a niños para que se unieran a su secta, la cerró en 2019 y se trasladó a una remota comuna de Shakahola, en el condado de Kilifi, a unos 400 kilómetros al sureste de Nairobi.


Se niega a rescate

Ahora sus seguidores voluntariamente van a un bosque situado allí, donde se privan de comida y agua y mueren, mientras un grupo de cómplices del pastor entierra sus cadáveres a cambio de dinero que las propias víctimas pagan por adelantado

Durante la búsqueda de los cadáveres en el bosque también se encontró a una mujer que estaba al borde de la muerte y que, según la Policía, no quería ser rescatada.


Duro relato

Aunque el pastor afirma estar «conmocionado por las acusaciones», ya que asegura haber dejado de predicar para dedicarse a la agricultura en Shakahola, los testigos afirman lo contrario. Así, en los últimos días, familiares de víctimas de esta secta han acampado cerca de la zona para saber qué ha sido de ellas. En las inmediaciones, hasta ahora, se han contabilizado unas 58 tumbas.

James Kamau, cuya esposa era miembro de la Iglesia y huyó con sus dos hijos, relató: “Cuando puse en duda su fe y la amenacé con demandarla por manutención infantil, huyó con ellos [sus hijos]. Me casé con una de esas creyentes y mi experiencia fue muy dura. No se tomaba los medicamentos cuando estaba enferma y no me permitía dárselos a nuestros hijos. Prohibió a mi hijo mayor ir a la escuela”.


Falso obispo

“Mackenzie se refería a sí mismo como obispo, pero sus enseñanzas iban en contra de nuestros valores, que consistían en apoyar la educación. Nos decía que ir a la escuela era pecado», recordó el pastor Thomas Karisa, que había servido en la Iglesia de Mackenzie, pero finalmente fundó su propia congregación al enemistarse con él. Al mismo tiempo señaló que Mackenzie, por su parte, es «muy educado y habla bien suajili [una lengua africana] e inglés». «Pero nos dice que sólo leamos la Biblia y no vayamos a la escuela porque así iremos al cielo”, subrayó.



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