El misterioso “síndrome de La Habana” que supuestamente provoca serias jaquecas, náuseas y posible daño cerebral a diplomáticos estadounidenses tiene convencidos a muchos funcionarios de que están bajo un sostenido “ataque” con armas electrónicas.

retrasó por algunas horas un viaje a Vietnam luego de que la embajada en Hanoi reportara un posible caso de “incidentes acústicos” en el lugar, generando preocupación de que fuera blanco de un “ataque”.

Finalmente Harris fue a Hanoi y el Departamento de Estado señaló que está investigando un caso de “incidente anómalo de salud” o AHI, por las siglas en inglés.

Se trata del más reciente de docenas de estos casos reportados por diplomáticos estadounidenses y funcionarios de inteligencia desde 2016, primero en Cuba, luego en China, Alemania, Australia, Taiwán y Washington.

y ha rechazado en reiteradas ocasiones como mera desinformación las versiones de Washington, que nunca presentó pruebas de los presuntos “ataques”.

Alertan que el número de ataques parece estar creciendo

Luego del incidente de Hanoi, el ex agente de la CIA Marc Polymeropoulos, víctima de este “síndrome” en Moscú en 2017, aseguró que el número de ataques parece estar creciendo.

“Me parece que nuestros adversarios están enviando un mensaje claro de que no sólo son capaces de alcanzar a nuestros oficiales de inteligencia, diplomáticos y funcionarios militares”, alertó Polymeropoulos al Cipher Brief Open Source Report el miércoles. “Este es un aviso de que pueden alcanzar a nuestros máximos dirigentes”, subrayó.

El “síndrome” fue registrado en funcionarios estadounidenses, pero en 2017, diplomáticos canadienses y sus familias en La Habana reportaron varios casos.

En algunos casos, los afectados reportaron sonidos que les provocaron náuseas. En otros, sangrado nasal, dolores de cabeza y otros síntomas.

Las causas de estos incidentes se desconocen y algunas teorías señalan que fueron causados por un arma que utiliza microondas, ultrasonido o por veneno.

Pero por varios años, altos funcionarios desecharon las quejas, por considerar que se trataba de personas bajo estrés.

A fines de 2020, la Academia Nacional de Ciencias estudió los casos y concluyó que se trata de un conjunto de síntomas específicos, distinto a cualquier otro conocido.

El reporte indicó que existen variaciones entre los casos conocidos, y que no todos están vinculados a la percepción de un sonido directo y profundo. El informe atribuye el problema a microondas.

En marzo, la CIA creó una fuerza de tareas para estudiar el problema.