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En el tu está más expuesta a daños que se producen por la exposición a diversos factores como las altas temperaturas, la exposición directa al sol y la radiación ultravioleta.

Además, actividades saludables como una visita al mar o la natación pueden ser una bomba de tiempo para tu piel debido al el cloro y la sal del agua. Por ello es necesario cuidar la piel y mantenerla hidratada para evitar daños irremediables. 

Toma líquidos. Una buena manera de hidratar esta región es con un tratamiento a profundidad. Se logra consumiendo abundante agua y alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, vitaminas, minerales.

Cuida todo el cuerpo. Cuidar el aspecto de la piel por afuera también es necesario. Sin embargo, un error frecuente que se comete es centrar toda la atención en el rostro, descuidando el resto del cuerpo.

¿Bronceado? El verano es un momento perfecto para dar un poco de color a la piel, para lograrlo no es necesario exponerse a los rayos naturales prolongadamente. Los baños de sol en tramos cortos de tiempo y con protección solar también producen buenos resultados.

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