A diferencia de otros animales, los recién nacidos humanos son totalmente dependientes de sus madres. En el libro "Breastfeeding Made Simple: Seven Natural Laws for Nursing Mothers", Mohrbacker y Kendall Tackett explican que los bebés humanos nacen con menos del 50% del crecimiento del cerebro adulto, mientras que otros mamíferos nacen con cerca del 80%. La mayor parte del desarrollo cerebral ocurre fuera del útero, y "los ingredientes únicos de la leche materna juegan un papel muy importante en dicho desarrollo". Las autoras señalan que "con nuestros grandes cerebros y pequeñas pelvis, las cabezas de nuestros bebés peligran si crecen más que el tamaño que nuestra pelvis pueda soportar". La solución es que los bebés nazcan antes de ser completamente maduros, continuando su gestación fuera del útero.

    

Quizás si viéramos a los bebés tan vulnerables y dependientes fuera del útero como lo son dentro, no nos sorprendería tanto que nuestros bebés necesiten el mismo cuidado constante que tenían dentro del útero. En el útero de su madre el bebé nunca pasa hambre, no se siente solo ni tiene frío; todos los sonidos y sensaciones se experimentan a través del cuerpo de mamás y por lo tanto son amortiguados y suavizados por la presencia de la madre. Tras la aventura del nacimiento, parece natural que el bebé espere la misma calidad en los cuidados que recibe fuera del útero.

Otro factor importante en la expectativa de ser alimentado y cuidado las 24 horas es la interacción entre la inmadurez del bebé y las diferencias en la leche de su madre. 

           

Hay cuatro tipos diferentes de mamíferos, en función de cómo cuidan de sus crías: 

1. Mamíferos de madriguera: Por ejemplo ciervos y conejos. Ocultan a sus crías en un lugar seguro y vuelven cada 12 horas para alimentarlos.
2. Mamíferos de seguimiento: Por ejemplo las jirafas y vacas. Sus crías son maduras al nacer, capaces de seguir a su madre.
3. Mamíferos de nido: Por ejemplo perros y gatos. Son más inmaduros, necesitan un nido y estar junto a las demás crías y son amamantados con frecuencia.
4. Mamíferos porteadores: Incluye a los primates y marsupiales como canguros. Son más inmaduros al nacer, necesitan el calor constante de mamá y ser transportados por ellas.

Si lugar a duda, nosotros los humanos, pertenecemos a los porteadores por tanto nuestros bebés son inmaduros y necesitan ser amamantados constantemente y están diseñados para que los abracemos para no pasar frío y los llevemos en brazos todo el tiempo.

El bebé necesita la cercanía de mamá, comida, calor, el tacto de su piel, el sonido del latido de su corazón y la seguridad de su presencia y de no ser abandonado.


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