Soplar la vela de 40 años es distinto para cada. Mientras que algunas toman con elegancia esa edad, otras entran en una ansiedad generalizada por el temor a hacerse cada vez mayor. Esta misma angustia causa un desequilibrio emocional y físico que usted debe saber afrontar cuando llegue el momento.

Características

Durante esta etapa, antes o después de cumplir la cuarta década, es común que ocurran los siguientes cambios en su comportamiento:

  • Mirarse frecuentemente al espejo.
  • Empezar a salir más por las noches.
  • Tratar de vestir como lo hacía a los 20 o 30 años.
  • Gastar dinero en lujos o caprichos.
  • Tener miedo constante de decir su edad.
  • Sentir tristeza en cada cumpleaños.

Evidentemente, los síntomas de la crisis de la mediana edad son causados por una autoestima baja, exceso de responsabilidades, inseguridad, críticas de los seres queridos o ausencia de aspiraciones personales.

Pasos para superarla

  1. Aceptarlo: Por más que quiera retroceder el tiempo, es importante que entienda que esto no es posible. Por ello, reconozca que ya no es la misma persona de antes y que cumplir años es tan normal como la vida misma.
  2. Mirar con optimismo el pasado: Visualice los errores que cometió años atrás y sepa que fueron estos mismos los que la convirtieron en la mujer que hoy día es. Probablemente, en los siguientes 10 años recuerde también con ternura y aprecio lo que aprendió cuando tuvo 40.
  3. Aprovechar el tiempo: No hay tiempo para lamentarse. Está a la mitad de su vida y aún le queda mucho camino por recorrer. En lugar de quejarse, intente alcanzar todos los objetivos que hasta el momento no ha podido volver realidad.
  4. Alejarse de lo que hace mal: Si tiene amigos o una pareja que la hace sentir mal por su edad, lo mejor será guardar distancia. En este momento de su vida usted necesita de personas que sumen y no resten. Esos comportamientos tóxicos no son tolerables.
  5. Pida ayuda: Si siente que la situación escapa de sus manos y que la tristeza la invade todo el día, no tema en recurrir a un psicólogo. Decir sus problemas y tener la opinión certera de un profesional la ayudará a calmar sus penas.