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Nueva York, Estados Unidos (AFP).- El diseñador neoyorquino Marc Jacobs celebró el jueves pasado en Nueva York el hip-hop y su inmensa influencia en el nacimiento del estilo deportivo, en su nueva colección otoño/invierno 2017.
En momentos en que la moda está en plena reflexión sobre sí misma, el diseñador de 53 años sacudió con habilidad los códigos del desfile.
Habituado a la profusión, esta vez Marc Jacobs prefirió el minimalismo para el último evento en el calendario de la Semana de la Moda de Nueva York.
Jacobs hizo vaciar completamente el Armory, un viejo edificio militar de Nueva York, para dejar solo una pasarela larguísima en el exacto medio de este espacio de 5.000 m2, con techos de 25 metros de altura.
Todos los invitados quedaron así en primera fila, a ambos lados de la maratónica pasarela.
Las modelos recorrieron el sendero interminable antes de salir del edificio para instalarse fuera, en sillas colocadas para ellas.
Durante varios minutos, de cada lado, cada uno se filmaba y se tomaba fotos, sobre todo la cantante Katy Perry, anónima en la multitud.
El diseñador había pedido a los invitados no utilizar el celular durante el desfile, dentro del edificio.
En cuanto a la colección, Jacobs demostró una vez más su talento para crear un clima, dar una dirección más clara, una lógica de conjunto.
Como muchas veces, se sirvió de accesorios como sombreros en forma de campana, que recordaban los "bucket hats" popularizados por la marca Kangol y por varios raperos de los años '80.
Los modelos llevaban también imponentes collares en metal dorado, con un colgante, también un símbolo del hip-hop.
Los grandes abrigos, muchas veces con el forro de piel, zapatos de taco compensado y vestidos ligeros y cortos regresaron, reminiscentes de anteriores desfiles.
Del lado deportivo, Marc Jacobs colocó en la pasarela un jogging rojo, suéters con cierres y pantalones anchos.
Para el creador, según las notas del desfile, el hip-hop ha sido un "movimiento cultural bisagra", que "abrió la vía a un nuevo lenguaje de estilo".
