La ambición pudo más que la amistad. Un ferretero fue cruelmente asesinado a palazos por su amigo, quien aspiraba quedarse con el dinero del seguro de vida.
Eran las 6 a. m. del sábado, cuando Mario Tolentino Abal (39) caminaba por la cuadra 12 de la avenida Garcilaso de la Vega, en el Cercado de Lima. En ese lugar fue interceptado por unos sujetos, quienes lo golpearon en la cabeza con una vara de madera hasta dejarlo inconsciente.
La víctima fue auxiliada por César Morales Acasiete, sereno de la Municipalidad de Lima, quien, junto a los bomberos, lo trasladó de inmediato al hospital Dos de Mayo, pero después de dos días de agonía falleció en la unidad de cuidados intensivos.
ÚNICO BENEFICIARIO. Según contó Elizabeth Rocío Abal, media hermana del fallecido, en sus pertenencias se halló un seguro de vida que recientemente había sido adquirido y el único beneficiario sería Ederson Sánchez, supuesto amigo de la víctima.
“Nosotros no conocemos a ese sujeto. Suponemos que esta es una de las razones del asesinato de mi hermano”, reveló Elizabeth Abal.
En el contrato se lee que si le llegara a pasar algo a Mario Tolentino Abal, la indemnización la iba a recibir el referido amigo.
También se halló el DNI de una mujer a quien ningún familiar conoce.
“Él no tenía pareja ni hijos. Nosotros éramos muy unidos y nos contábamos todo”, prosiguió la media hermana del fallecido.
Agentes de la División de Homicidios de la Dirincri citarán en los próximos días a las dos personas sospechosas de este crimen.
Todos los golpes fueron directos en la cabeza, parece que lo agarraron desprevenido”, relató acongojada Elizabeth Abal.
La familia sospecha que Mario Tolentino fue interceptado cuando se dirigía a visitar a una de sus hermanas, quien vive cerca del lugar del crimen.
“Siempre nos reuníamos los fines de semana para comer todos juntos. Salíamos todos los hermanos, éramos muy unidos”, finalizó entre llantos Elizabeth.
TENÍA MUCHOS SUEÑOS.- La víctima tenía muchos sueños por cumplir y uno de ellos era tener una taller propio para ayudar económicamente a su madre, quien vive en Huánuco.
“Decía que le iba a comprar una casita y, por eso, quería trabajar para cumplir el sueño de su mamita”, contó Jorge Castro, primo del fallecido.