El mundo ha perdido a uno de sus más importantes artistas. Esa es la opinión generalizada del pueblo iraní y de los seguidores de las obras de Abbas Kiarostami, abanderado internacional del cine iraní, y cuyo fallecimiento provocó hoy en su país de origen numerosas muestras de dolor.
Los mensajes de condolencia pasan a través de los móviles de los iraníes, que lamentan la perdida del gran maestro y precursor de toda una serie de cineastas, cuyo mejor ejemplo es Jafar Panahi.
Además de la comunidad de los artistas, varias instituciones y autoridades del país, incluido el presidente y el ministro de Exteriores de Irán expresaron su pesar en los medios y en las redes sociales.
El presidente de Irán, Hasan Rohaní, escribió hoy en su pagina de Twitter: "la diferente y profunda mirada de Abbas Kiarostami a la vida y su defensa de la paz y la amistad, perdurará en el séptimo arte".
También el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohammad Yavad Zarif, lanzó un mensaje en la misma red social: "Irán ha perdido una figura destacada en el cine internacional. Que el Todopoderoso le reciba en su infinita misericordia. Descansa en paz maestro".
Alireza Ansarian, colaborador cercano a Kiarostamí, de quien fue asistente en varias películas como "El sabor de las cerezas", expresó su tristeza en declaraciones a Efe. Es una "lástima, es lo único que puedo decir, su enfermedad no era tan grave como para acabar con su vida".
"Cuando estuvo en el hospital acá en Irán lo trataron con negligencia, los médicos no actuaron con responsabilidad y no prestaron atención a que estaban tratando a alguien que pertenece a todo el pueblo. No debería haber muerto", afirmó Ansarian.
Hoy varios cineastas iraníes partieron de Teherán con destino a París con el objetivo de acompañar a la familia y hacer los tramites necesarios para la repatriación de su cuerpo.
Además los espectadores de los cines de todo el país guardarán esta noche un minuto de silencio a las 22.00 hora local (17:30 GMT) y rezarán por el alma del ganador de la Palma de Oro de Cannes en 1997 por "El sabor de las cerezas" o el Gran Premio del Jurado de la Mostra de Venecia en 1999 por "El viento nos llevará".
Precisamente, en palabras de Parisa, una mujer de 45 años, la muerte de Kiarostamo, hace sentir con más profundidad que "el viento nos llevará, lástima que se haya llevado a alguien que con sus obras influyentes nos podía enseñar mucho más".
Un fallecimiento que, en su opinión, es "el resultado de los errores de los médicos en Irán. Hemos perdido a un honorable compatriota al que deberían haber atendido con más atención", agregó.
Mientras que Reza, un joven de 38 años residente el norte de Teherán, aseguró a Efe que nadie se esperaba la muerte de Kiarostami. "Aunque sabíamos que había empeorado de salud y había sufrido infecciones tras las cirugías que le hicieron por el cáncer del aparato digestivo que padecía, no esperábamos perderlo".
Entre el pasado mes de febrero y el mes de abril Kiarostami estuvo internado en varias ocasiones para someterse a cirugías intestinales, que le ocasionaron complicaciones posteriores.
Ante las dificultades del proceso de cura, el pasado 28 de junio el cineasta decidió partir a París para seguir su tratamiento con especialistas de centros franceses.
Kiarostami murió ayer en un hospital en París y, según los medios iraníes, su cuerpo será trasladado mañana a Irán para ser enterrado.

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