La columna del Director: Bronca por papelón
La columna del Director: Bronca por papelón

Todo puede suceder en estas elecciones. Los políticos son imprevisibles. A algunos no les importa hundir el país con tal de defender sus intereses. Un ejemplo lo ha dado la pareja presidencial trayéndose abajo a su candidato. Una prueba más de que si no pueden organizar un partido político, menos serán capaces para gobernar. Los resultados están a la vista. Un proceso electoral que es un mamarracho por el excesivo reglamentarismo y papeleo para participar en las elecciones.

Una ley dada por un congreso variopinto y sin visión para que los órganos electorales puedan facilitar el trabajo de los partidos políticos y sus candidatos a nivel nacional. Los más vivos han querido sacarle la vuelta y han perdido. Toda ésta viveza informal ha traído como consecuencia una serie de marchas y contramarchas que ha terminado perjudicando a candidatos con apoyo popular como César Acuña y Julio Guzmán. En medio del caos, el mismo gobierno le acaba de cortar la cabeza a su candidato Daniel Urresti. Qué vergüenza.

El incapaz cree que todos son incapaces. Ahora, le echan la culpa del caos al Jurado Nacional de Elecciones cuando el JNE le advirtió al congreso que el proceso se iba a complicar con la nueva ley electoral y que no era recomendable cambiar las reglas del juego a menos de tres meses de las elecciones. Los “genios” del congreso y el gobierno no hicieron caso y allí están los resultados. Los candidatos defenestrados no aceptan sus errores y dicen que con ellos se cometió un “abuso” porque sencillamente se les aplicó la ley. Ahora exigen que sancionen a otros grupos políticos “para que se haga justicia” porque de no ser así “hay fraude”. El JNE ya los puso en su sitio para que se dejen de pataletas.

Lo cierto que se ha armado un tole tole por toda una maraña de trámites, normas y reglamentos originados por los mismos congresistas que aprobaron la ley sin dar tiempo a las organizaciones políticas y a los entes electorales a implementar un proceso electoral limpio, transparente y confiable dentro de los plazos establecidos. Hay todo un desconcierto que tiene que ser superado con prontitud para que el pueblo recupere la confianza, especialmente los seguidores de César Acuña y Julio Guzmán que se sienten defraudados y engañados. Encima, el gobierno caldea los ánimos al retirarse de la lid electoral y estar atizando el odio contra algunos candidatos que podrían pasar a la segunda vuelta según las encuestas, tal como lo denuncian Alan García y Keiko Fujimori.

La misión del gobierno es unir y no dividir a los peruanos. Se está propiciando inútiles enfrentamientos que pueden ser peligrosos dentro de un proceso que se está polarizando. Se dio una ley electoral que se ha prestado a una y mil confusiones que a pocos días de las elecciones aún se siguen tachando a los candidatos. Para colmo, presidente, su esposa Nadine y cuatro dirigentes más sacan de carrera a su candidato Daniel Urresti sin respetar la democracia interna, pasando por encima de las bases.

Una torpe decisión que enturbian el proceso y pareciera de que hay un claro intento de “hacer problemas” como alerta el Cardenal Cipriani. El pueblo le perdió la confianza al gobierno y ante el fracaso se retira de la carrera electoral. Ahora se quieren hacer las víctimas golpeándose el pecho como Daniel Abugattás. Sin duda a este papelón se suman los congresistas oficialistas que se deshacían en elogios y defendían a capa y espada a Ollanta y Nadine. Ahora las consecuencias las está pagando el pueblo. El país es un caos, impera el desgobierno, no hay autoridad y no queda más que los golpeados electores se recuperen de esta crisis y elijan a un presidente capaz que no termine haciendo papelones.