El hampa se ha volcado a matar, robar y extorsionar en los restaurantes de todo el país, allí donde muchos emprendedores se las ingenian para hacer negocio, dar un servicio, valerse de la ola gastronómica y llevarse unas monedas a casa de forma honesta.
La delincuencia ha puesto a estos establecimientos en la mira y las autoridades tiene que dar una respuesta. Los esfuerzos de los ciudadanos que se las ingenian por surgir en medio de la crisis tienen que ser acompañados por la Policía Nacional y un sistema de justicia que parece ir por otro lado.
Como informamos hoy en OJO, de enero a agosto se han reportado 321 denuncias de extorsiones y la muerte de 10 personas durante atracos como los que solemos ver a través de cámaras de seguridad.
En Nasca, por ejemplo, los delincuentes piden entre cinco y diez mil soles por dejarlos trabajar. Si no pagan, pueden perder su inversión o hasta la vida. Esta gente no entra en juegos, pues muchas veces asesinan a quienes se niegan a darles dinero. Algo hay que hacer.