A Luis Espinoza Tudelano, hace 22 años, su médico le estimó que le quedaban tres meses de vida. Pero la vida, contra todo pronóstico, tenía más planes para él.
Ahora con 57 años, gracias a un trasplante de hígado, obtenido por donación, este chalaco despierta tranquilo cada día junto a su esposa. Y agradece a Dios el permitirle, por ejemplo, haber visto una vez más a Perú en un Mundial de fútbol, el resistir a una pandemia por el COVID-19 y seguir disfrutando de la naturaleza y de los que más ama.
Luis es uno de los protagonistas de un gran hito histórico en la medicina del país, pues el 23 de marzo del 2000 se convirtió en el primer paciente al que que se le hizo un trasplante hepático.
“Vivo agradecido y feliz con Dios por permitirme tenerme con vida, gracias al trasplante. Nadie puede creer que tenga unos 22 años de trasplantado cuando me dieron poco tiempo de vida”, narró a este diario, hoy que se celebra el Día Internacional del Trasplante de Órganos y Tejidos.
¿En qué consiste un trasplante de córnea?
El cirujano general José Carlos Chaman Ortiz lideró tamaña proeza médica de realizar el primer trasplante de hígado en el Perú. En conversación con OJO, recordó que el camino no fue nada fácil.
El especialista recibió entrenamiento en trasplantes en universidades de Brasil y Estados Unidos. Y en el año 96 mostró interés por el trasplante hepático y entrenó a un grupo médico del Hospital Guillermo Almenara, de EsSalud, donde hasta el 2021 se desempeñó como jefe del departamento de Trasplante.
“Hacíamos mucha cirugía experimental en animales y fui llevando a los doctores que entrenaba a varios centros de trasplantes en el mundo. Todo este proceso duró cuatro años. Luego, tuvimos la oportunidad de realizar el primer trasplante hepático. Antes de eso, solo hubo hasta tres intentos. Era aún incipiente”, narró el pionero de trasplante de hígado.
Veintidos años después, el cirujano Chaman recuerda el primer trasplante hepático que realizó a un paciente en el país, en este caso a Luis Espinoza, junto a un equipo de hasta 20 especialistas, durante 23 horas ininterrumpidas.
“Ahora una operación de ese tipo dura hasta 8 horas. Desde ese primer día no hemos parado, y a la fecha tenemos 330 trasplantes de hígado”, rememoró Chaman.
Como anécdota, el paciente trasplantado Luis Espinoza contó que cuando le dieron la noticia de que tenía pocos años de vida, él lo tomó de la mejor manera.
“Ingresé primero por un dolor fuerte a la vesícula, la cual me extirparon y resultó que mi hígado estaba en fase terminal: me dieron tres meses de vida. Mi doctor me dice que hay una posibilidad de hacerme un trasplante. No sabía qué era eso. Y le digo, incrédulo, ‘si dijeron que en el 2000 se termina el mundo, para que voy a operarme”, ríe al recordarlo.
Don Luis finalmente aceptó someterse a la operación. “Al despertar, me dieron cinco años más de vida. Antes de salir de alta, me fui al santuario del hospital y le pedí a Dios que no me dé 5, sino 30 años de vida. Le prometí que no iba a tomar nunca más y así lo vengo haciendo. Me falta 8 años para cumplir la promesa ja,ja,ja.”
Luis comparte su testimonio con otros pacientes a quienes repite siempre que sigan su dieta y que “no se pasen de copas”.
Para que sigan enumerándose más historias similares a la de Luis, el país debe trabajar en las campañas de donación de órganos.
“Hay que reorganizar todo el sistema de donación y trasplante en el país. Somos el país en Latinoamérica con la tasa de donación más baja y eso tiene una respuesta: desorganización”, anotó el doctor Chaman Ortiz.
OJO AL DATO: El trasplante de hígado practicado a Luis Espinoza fue a través de un donante cadavérico. El doctor José Carlos Chaman explica que también se puede hacer con donantes vivos. “También con donante vivo pediátrico con resultados muy buenos”, anotó.