Declaran a la danza Kawrinus de Acomayo como Patrimonio Cultural de la Nación. (Foto: Andina)
Declaran a la danza Kawrinus de Acomayo como Patrimonio Cultural de la Nación. (Foto: Andina)

El Gobierno de Perú declaró patrimonio cultural de la nación a la danza kawrinus, una tradición carnavalesca del municipio de Acomayo, en el céntrico departamento de Huánuco, informó este sábado el Ministerio de Cultura.

A través de una resolución, publicada en el diario oficial El Peruano, el Ejecutivo incorporó a su patrimonio cultural esta expresión de la identidad distrital de Acamayo, que forma parte de la tradición local del carnaval, entre los meses de febrero y marzo.

La danza, que según señala el Ministerio de Cultura es “un vehículo para la conservación de una tradición musical local”, es una representación del arreo de toros por pobladores de las zonas altas, conocidos como kawrinus.

En tiempos en que dominaba el sistema de haciendas, los kawrinus eran los encargados de trasladar al ganado de los hacendados locales en temporadas de fiestas y, por la fuerza que tenían, eran percibidos como un grupo muy diferenciado por la población urbana de Acomayo y Huánuco.

El baile es interpretado durante los carnavales por comparsas conformadas por un conjunto de bailarines que, entre otros personajes, representan a los kawrinus, al torero y a la abuela propietaria del toro, interpretada por una mujer de edad avanzada.

La vestimenta de los kawrinus hace referencia al origen rural de los arrieros. Su tocado es un sombrero de paja de ala ancha, de origen norteño, y sus pantalones, antiguamente de bayeta de lana negra de carnero, son actualmente de vestir, sujetos a la cintura con una faja, normalmente tejida de lana blanca o en su defecto de cuero.

En los pies, los kawrinus llevaban ojotas de cuero, aunque ahora usan zapatos viejos de vestir o botas de caña alta, y siempre llevan una bolsa pequeña llamada “wallki” colgando del hombro izquierdo, un pito y un cuerno de toro para el sacrificio.

El torero, por su parte, es interpretado por un hombre que carga encima una figura de toro, hecha con un armazón de madera, cubierto con tela negra cuyo remate es una cabeza pintada con cuernos reales, y hace la simulación de un toro bravo que amenaza con embestir a los kawrinus y al público cercano.

El traje de las mujeres de la comparsa recuerda a la vestimenta tradicional de la región oriental de la ceja de selva de Huánuco, pues ellas llevan puesto un conjunto compuesto por una falta negra o azul y una blusa blanca o de color claro.

(Con información de EFE)

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