Patriarca ortodoxo hace campaña a favor de Putin y su invasión a Ucrania.
Patriarca ortodoxo hace campaña a favor de Putin y su invasión a Ucrania.

El patriarca Kirill, máxima autoridad religiosa de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, respaldó la iniciativa del presidente Vladimir Putin de enviar civiles a la en Ucrania y prometió el a quienes mueran formando parte de las tropas rusas.

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Desde el púlpito, el religioso -defensor de las órdenes de Putin desde que se inició en febrero la guerra de conquista en Ucrania- promete la “vida eterna” (también ortodoxos para mayor seña).

“Ve valientemente a cumplir con tu deber militar. Y recuerda que, si das tu vida por tu país, estarás con Dios en su reino, gloria y vida eterna”, dijo esta semana desde el púlpito de un monasterio en Moscú el líder de los ortodoxos.

Para Kirill, ir a la guerra con “verdadera fe” es garantía de perder el temor a perder la vida.

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“El miedo a la muerte aleja al guerrero del campo de batalla, empuja a los débiles a la traición e incluso a rebelarse contra sus hermanos. Pero la verdadera fe destruye el miedo a la muerte”, señaló el sacerdote ortodoxo en justificación a la muerte, a matar a otros ortodoxos o quienes sean con tal de que su amigo Vladimir Putin los considere enemigos de los intereses de la Gran Rusia.


Mismo Stalin

A diferencia de lo que era el partido de Lenin, los bolcheviques bajo mando de Stalin se acercó a la Iglesia Ortodoxa, al mismo tiempo que se practicaba el antisemitismo desde los años 30.


Durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin dio un giro a favor de la Iglesia Ortodoxa e incluso tras la victoria en la batalla de Moscú, el georgiano se reunió con los tres principales jerarcas de la citada confesión rusa y permitió al clero oficiar servicios religiosos, celebrar la Pascua y la Navidad, y anunció que devolvería algunos de sus monasterios (confiscados después de 1917) y liberar a sacerdotes encarcelados, como en efecto hizo.

En ese escenarios, los tres jerarcas ortodoxos de entonces, encabezados por el patriarca Sergio, enviaron una carta servil de agradecimiento a Stalin.

“En cada una de tus palabras... sentimos el corazón que arde de amor paternal por todos sus hijos... La Iglesia Ortodoxa rusa te venera sintiendo con tu corazón que vive junto con todo el pueblo ruso, por la voluntad de victoria y el deber sagrado de sacrificar cualquier cosa por el bien de la Patria. Que Dios te salve en los años venideros, querido Iósif Vissariónovich”, rezaban los sacerdotes que conocían los crímenes de Stalin, como asesinatos selectivos, torturas y trabajos forzados para sus opositores, y callaron ante esas barbaridades.

Hoy, la Iglesia Ortodoxa sirve a Putin, heredero de Stalin con quien comparte su odio por Ucrania, su afán por reconstruir a la Gran Rusia (un imperio) y los crímenes de guerra.


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