Grupo se formó en Bristol, Inglaterra.
Grupo se formó en Bristol, Inglaterra.

“El miedo lleva al pánico; el pánico al dolor. El dolor conduce a la ira, y la ira al odio”, repite Joe Talbot en el tema “Danny Nedelko”. En Idles, la adrenalina se transforma en reflexión para enfrentar temas como el abuso de autoridad, migración, la explotación laboral o los privilegios innecesarios. Estos cinco ciudadanos de Bristol no cantan para el Reino Unido, sino para el mundo.

Tenían un pasaje a Lima este mes, pero debido al avance del coronavirus, no pudieron aterrizar en el aeropuerto Jorge Chávez. En momentos que se necesita mayor reflexión, esta banda los invita a la conciencia social.

A la energía de la banda le imprimen esta consciencia social. Sin embargo, ¿cómo mantener esta posición alejada de la respuesta política?

No somos una banda muy política. Nuestra música es una adaptación de lo que sucede en esta vida. Reconocemos todo lo que está pasando, pero no apuntamos a decir qué está mal; reflexionamos sobre lo que sucede. Así, tratamos de avanzar, de hacer las cosas bien, para que todo tenga sentido. Cuando la gente llega a nuestros conciertos, entiende nuestra posición social, nuestras ideas. Es una catarsis, comparte nuestra agresividad en el punk. Es una respuesta a la situación política. La idea es que avancemos todos por un camino positivo.

Esta posición reflexiva es la que logran con “Danny Nedelko”. Precisamente, en esta canción que hablan sobre los inmigrantes, ¿cómo dirigir una propuesta sin que suene reiterativa?

Muchos de los temas que tocamos son experiencias propias del mundo. Esto también implica el miedo de la gente. Sobre esta canción, existe una posición concreta, porque hay una histeria dirigida por quienes no conocemos. Existen medios que quieren mantener a la gente en una burbuja, sin entender el concepto de comunidad y colectividad. Por eso, la experiencia no es solo nuestra, sino de todos. Cuando cantamos, no lo hacemos solo desde lo que sucede en Inglaterra, sino también por lo que pasa en Holanda o Perú. Pensar en estos temas hace que cambie la idea de los miedos y quizá una cólera inexplicable.

El disco “Joy as an act of resistance”, ¿es una respuesta a cómo perciben la sociedad?

Exacto, ese el concepto del álbum. Más allá del sonido punk o la actitud de “jódete”, existe un análisis sobre nuestros miedos y cómo muestras tu incomodad por lo que sucede actualmente. Si vas diciendo “váyanse todos al diablo”, no cambias nada. Decirle a alguien que está equivocado o molestarse, no cambia nada. Nosotros exponemos razones de lo que pensamos, así damos otra energía.

Bueno, Idles irrumpe en la música, en un momento que la industria está más ligada a temas superficiales y apunta a otros géneros…

No creo que los géneros tengan mucho que ver con los temas a tratar. En los setenta, por ejemplo, utilizaban plataformas como el pop para tocar temas generacionales. Sí, existe una responsabilidad, eso es algo que no se puede perder. Por ejemplo, en la música pop existía un mensaje reflexivo sobre los estados de ánimo. Lo que pasa también es que, la sociedad está yendo hacia otro camino.

Después de su último lanzamiento en el 2018, ¿qué sigue para ustedes como grupo?

Estuvimos en Los Ángeles, Estados Unidos, terminando la producción de lo que será nuestro nuevo disco. Ya lo grabamos, estamos muy felices con las canciones y el camino hacia el que nos dirigimos. Sonamos como queremos, pero también avanzamos. Lo más importante que tenemos es que nos escuchamos, nos entendemos bastante bien.

Perfil: Mark Bowen es el guitarrista principal de la banda desde el 2012. El grupo ha lanzado dos discos: “Brutalism” (2017) y “Joy as an act of resistance” (2018).



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